20/7/08

Aquella Escuela Pública. Segunda Parte

Ingresábamos, generalmente a los tres o cuatro años al Jardín de Infantes cuyo diseño y mobiliario eran encantadores. Era un lugar pensado y creado para las mas pequeñas. Un mundo mágico.
A medida que avanzábamos en nuestros estudios primarios, comenzábamos a preparar el axamen de ingreso a la misma escuela, para el secundario. Este era un momento de exigencia y de crecimiento que se rendía al finalizar 6to.grado; una verdadera"puesta a prueba".
El espíritu de pertenencia a la escuela crecía cada vez mas en nosotras. Nos ganábamos el lugar de alumnas que ocupábamos y sentíamos un gran orgullo de forjar nuestra personalidad, en el Normal 1. Era altísima la calidad de la enseñanza de todas las materias y era permanente el esfuerzo que debíamos hacer para aprobarlas.Y en este punto sería injusto no recordar a los Profesores cuya solvencia intelectual los presentaba como modelos dignos de imitar. Era imposible "bajar la guardia".Este nivel de conocimiento nos garantizaría, un tiempo después ingresar a la Universidad y egresar de la misma con el título soñado.
Los sábados por la mañana funcionaba un consultorio odontológico gratuito equipado para atender a las alumnas, cuyos padres así lo dispusieran.
Los eventos de competición frente a otros colegios, en todos los deportes que practicábamos tenían un clima de emoción y de compromiso realmente impresionante. La escuela tiene su propio himno dedicado a "Miss Mary",como le decíamos sin haberla conocido, lógicamente;pero eran famosos los cánticos que se entonaban creados y transmitidos de generación en generación, que ponían de manifiesto la "garra "que el Normal 1 iba a poner en la competencia para representar al colegio. Con el mismo espíritu participábamos en concursos de pintura, cuyos jurados eran miembros de la Escuela de Bellas Artes; en conferencias,obras de teatro, exposiciones, cursos, etc. La escuela estaba viva, no se anquilosaba en ámbitos cerrados apartados de la realidad,era sensible a todo.
La enseñanza era gratuita y laica propia de la escuela pública, pero inculcaba la solidaridad y la practicábamos.Todos los años concurríamos, en la fecha cercana al fin de año, a alguna institución dedicada a la atención infantil para realizar una representación artística, llevar juguetes, golosinas, para que esos niños ,que carecían de una familia, tuvieran una Navidad inolvidable.
Durante el último año del Magisterio,se implementó en el mismo colegio,un curso de Voluntariado, que mas tarde me permitió realizar una de las tareas mas conmovedoras: ser voluntaria del Hospital de Niños Sor María Ludovica ,de La Plata.
En la misma escuela tramitamos la primera Libreta de Ahorro .Todos los meses un empleado de la Caja de Ahorro recibía el dinero que depositábamos en nuestra cuenta y sellaba la libreta.
Resultaba una gran ventaja el hecho de cursar por la mañana el Magisterio y hacer las prácticas de la enseñanza por la tarde, en la escuela primaria que funcionaba ahí mismo. Esto aseguraba la unidad de criterio en nuestra preparación y la inexistencia de contradicciones. Los tres niveles estaban totalmente integrados: desde que ingresábamos hasta que nos recibíamos ,habíamos recibido una formación coherente, sin fisuras.
Una anécdota: cuando asesinaron al Presidente J. F. Kennedy, nuestra división, con la ayuda de la Profesora de Inglés, envió una carta de condolencia a Jackeline Kennedy en la que tambíen se hacía referencia a la fundación de la escuela por parte de una maestra norteamericana.
Fue una emoción inolvidable la que sentimos al recibir poco tiempo después, el agradecimiento de Jackeline Kennedy en la trajeta del Congreso norteamericano cruzada en el ángulo ezquierdo con una franja de luto. En ese hecho que conmocionó al mundo, el Normal 1 había estado presente.